jueves, 8 de octubre de 2009

BEBEL GILBERTO


DISCOGRAFIA

  • 2000 Tanto Tempo
  • 2001 Tanto Tempo Remixes
  • 2004 Bebel Gilberto
  • 2005 Bebel Gilberto Remixed
  • 2007 Momento
  • 2008 Miscelaneo
  • 2009 All In One
BIOGRAFIA:

Bebel Gilberto es una compositora e intérprete de música brasileña, nacida en Nueva York el 12 de mayo de 1966 como Isabel Gilberto de Oliveira, proveniente de una familia de artistas: hija de João Gilberto y de la cantante Miucha y sobrina del canttante y compositor Chico Buarque. Comenzó a cantar desde muy niña, participando en coros infantiles en discos y obras musicales como Os Saltimbancos y Pirlimpimpim.A la temprana edad de 7 años, Bebel hace una aparición en el álbum solista de su madre Miucha. Cumplidos los 9 años, Bebel participa junto a su madre y el saxofonista Stan Getz en el Festival de Jazz de Carnegie Hall.
Ella fue gran amiga del cantante Cazuza, una gran figura del rock brasileño de la década de los 80, con quien hizo un dueto en la canción Preciso Dizer Que Te Amo. Durante la década de los 90, Bebel colaboró con muchas estrellas musicales como Arto Lindsay, Thievery Corporation, David Byrne, Towa Tei, Caetano Veloso and Chico Buarque. En 1996 Bebel participó del proyecto caritativo en beneficio del SIDA Red Hot + Rio, el cual fue producido por su colaborador y amigo cercano Béco Dranoff. Por aquella época, Bebel consigue tener éxito como compositora con los hits internacionales bailables "Technova" y "Batucada" en colaboración con artistas de la talla de Towa Tei y Arto Lindsay.
Ya en el año 2000 con la producción del artista y productor yugoslavo Suba, editó su primer álbum Tanto Tempo, récord de ventas, y en 2004, producido por Marius de Vries, Carlinhos Brown y la misma Gilberto, editó el álbum Bebel Gilberto, con un sonido más internacional de pop adulto. De sus dos primeros álbumes se editaron colecciones de remixes. En 2006 , participó en el proyecto Peeping Tom de Mike Patton (ex-vocalista de Faith No More), cantando "Caipirinha". En 2007, sale al mercado su último álbum a la fecha, Momento. Actualmente, y de acuerdo con su página web oficial, Bebel está trabajando en la preparación de su próximo álbum que tiene previsto ver la luz durante 2010.
Su música puede definirse dentro de un estilo moderno de bossa nova, influido por la música electrónica. Bebel es soltera y radica en Nueva York, desde donde coordina su carrera artística.

martes, 6 de octubre de 2009

CÉSAR PALACIOS

DISCOGRAFIA:

BIOGRAFIA:

HECTOR SOTO

DISCOGRAFIA:



BIOGRAFIA:

Considerado entre los charanguistas más notables de Chile y el más prolífico entre sus pares, Héctor Soto fue pionero en las grabaciones solistas para ese instrumento en nuestro país, con un material que durante largo tiempo ha sido referencia para músicos y estudiosos del tema. Compositor y además profesor de historia y geografía, su carrera discográfica es la más extensa de los charanguistas chilenos.Héctor Soto Veloso nació en Santiago y debe parte de su formación a su padre, el pianista, acordeonista y folclorista Pedro Soto. Recibió las primeras lecciones de charango de un cultor avecindado en Pisco, Perú, mientras hacía una gira artística con el conjunto Los del Pillán, y hasta 1973 estudió la carrera de etnomusicología en la Universidad de Chile, donde sumó la influencia como folclorista de la musicóloga María Ester Grebe.Sus primeras grabaciones datan de 1966, en un LP de los Cuncumenitos, el grupo infantil dirigido por Silvia Urbina al alero del conjunto Cuncumén, y un single con Los del Pillán. Con este mismo grupo lanzó Cachimbo (1967), su primer disco con obras para charango como solista. Dos años después grabó su disco debut propio, Charango (1969), que fue publicado en 1971 en Chile, Argentina, Bolivia y Perú, y donde figura la canción "Rosita de Pica", que se volvió popular en el repertorio andino.Su siguiente disco es Charango volumen 2 (1973), también como solista, y durante la dictadura editó cassettes con temas propios como Héctor Soto, el maestro del charango (1983). Se quedó en Chile hasta 1984, cuando partió a Argentina, donde permaneció por ocho años. Allí trabajó con músicos como Raúl Tilín Orozco, Gonzalo de Borbón, Pepe Sánchez, Germán Lucero, Jorge Molina, Luis Martineti, Ángel Ortiz, Carlos Ferraresi, Oscar Medina y Rolando García, y formó parte de la Orquesta Municipal de Mendoza por seis años.Durante esa etapa su producción discográfica en Chile no se detuvo, y Héctor Soto editó grabaciones como Mi charango (1985), tres volúmenes de El maestro del charango (entre 1986 y 1990) y Bellas melodías en charango (1989). También han sido editadas sus recopilaciones Charango (1995) y Mis mayores éxitos (1999) y participó junto a varios artistas en el compilado Charango: autores chilenos (2001). Ejecutante de charango tenor, ronrroco, maulincho, guitarra, tiple y teclados, fundó en Argentina su propio Instituto del Charango y ha desarrollado un repertorio de canciones propias, recopiladas o de autores como Violeta Parra, Raúl de Ramón, Sofanor Tobar, Willy Bascuñán, Víctor Jara y Patricio Manns para ese instrumento.

GUSTAVO SANTAOLALLA

DISCOGRAFIA:
BIOGRAFIA:
Gustavo Alfredo Santaolalla (El Palomar, Gran Buenos Aires, 19 de agosto de 1951).
Es un compositor, músico y productor musical argentino ganador dos veces del Premio Óscar, que entrega la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, por su labor de compositor musical. Santaolalla con frecuencia combina elementos de música rock, soul, ritmos africanos y música popular latinoamericana. En la década del 70 lideró la banda Arco Iris, una de las fundadoras del «rock nacional argentino». Hoy en día es uno de los músicos más populares en la escena latinoamericana.
BiografíaSu carrera profesional de música empezó en 1967 cuando tenía dieciséis años y fundó el grupo Arco Iris, una banda argentina que amalgamó rock y música tradicional de Latinoamérica en cooperación con ‘rock nacional’. La banda también era parte de una comunidad de yoga guiada por Danais Wynnycka (llamada Dana) y su compañero Ara Tokatlian. Su primer éxito, Blues de Dana, canción ganadora del Festival Beat de la Canción Internacional de Mar del Plata de 1970, estaba dedicado a ella.
Arco Iris en 1972. Desde la izquierda: Guillermo Bordarampé, Ara Tokatlian, Gustavo Santaolalla, Horacio Gianello.Santaolalla, siendo aún un adolescente, se enamoró de Dana, una mujer trece años mayor que él, y le dedicó varias de sus canciones de entonces, como la bella ¿Quién es esa chica? (1970). Sin embargo, los requisitos estrictos que Dana imponía a la comunidad (prohibición de carne, alcohol, drogas, y especialmente el sexo), llevaron a la ruptura de la comunidad y de la banda en 1975.
Un año después, formó Soluna, donde tocó con el pianista y cantante Alejandro Lerner y su novia (por ese entonces) Mónica Campins. Juntos grabaron sólo un álbum (Energía Natural, con Charly García, Mauricio Veber y Rody Ziliani como invitados 1977). Santaolalla luego se fue a Los Angeles, dónde adoptó un sonido de rock and roll y también tocó con su banda Wet Picnic (con un miembro anterior de Crucis, Anibal Kerpel). En sus viajes a la Argentina produjo el álbum de León Gieco, Pensar en Nada (1980) y grabó su primer álbum solista Santaolalla, con una notable banda de apoyo, considerado un hito del rock argentino y el primero del rock moderno de ese país.
Gustavo Santaolalla, en la Casa Rosada, 2007A partir de los 90, Santaolalla fue uno de los productores musicales decisivos para el boom del rock latino, orientando bandas y artistas latinoamericanos, como Molotov, Café Tacvba, Los Prisioneros, Julieta Venegas, Juanes, Jorge Drexler, Bersuit Vergarabat, Fobia, Árbol, Caifanes, entre muchos otros.
Al final de los años 90 se dedicó a la producción de los álbumes de bandas sonoras para películas como Amores Perros, 21 Gramos o Diarios de motocicleta. Uno de sus trabajos más recientes ha sido la parte instrumental de la banda sonora de la película Brokeback Mountain por la cual ganó el Óscar. De esta banda sonora, "A Love That Will Never Grow Old" ganó el Globo de Oro a la mejor canción. También ha ganado un Premio BAFTA por "Diarios de Motocicleta" y otro por "Babel", por la cual recibió otro Óscar (segunda vez consecutiva). Actualmente está asentado en el estado de California. Se rumorea que Nelly Furtado lo ha buscado para la producción de su nuevo álbum completamente en español.

CHARANKU

DISCOGRAFIA

Charanku - Charango Progresivo

BIOGRAFIA

Charanku es la palabra con que los indígenas aymaras del altiplano boliviano y peruano llamaban al instrumento que los españoles dieron nombre de charango. Ítalo Pedrotti es uno de los charanguistas más importantes surgidos durante los ’90, que aprendió del propio Horacio Durán (de Inti-Illimani) las propiedades solísticas del instrumento andino en un contexto urbano y de fusión. En 2003, cuando Pedrotti aún pertenecía a la formación de Entrama, formó el ensamble progresivo Charanku para liderar un proyecto personal de música contemporánea de raíz folclórica y al mismo tiempo rockera, en una combinación que incluyó un triple frente de charangos y ronroco (charango mayor) junto con una base eléctrica con guitarra, bajo y batería.En 2001 el coreógrafo Mauricio Barahona encargó a Pedrotti la creación de una obra experimental para ilustrar ciertos pasajes de tensión en su montaje Fotodanza. El charanguista compuso “Cuatro jinetes” (que estaría en el repertorio futuro) y la grabó con una banda operativa. Fue la génesis de Charanku, aunque entonces el grupo iba a adoptar el simple nombre de Charango Ensamble para cuando que se presentó en el Festival Entrecuerdas de 2002, con nuevas obras escritas por Pedrotti para charangos, ronroco y acompañamiento acústico. Poco después la agrupación se había reorganizado incluyendo los instrumentos eléctricos del rock. Pero sobre todo con la llegada del baterista Marcelo Arenas (de Entrama y el trío rockero Triciclo), el grupo alcanzó su carácter definitivo como Charanku (subtitulado entonces como "charango progresivo"). Sus solistas principales en estas cuerdas han sido Braulio Ferrada, Carlos Vera, Juan Cristóbal Maza, José Luis Delpiano y Diego Salazar.En 2005 actuó en el Festival de Charango en la peruana Arequipa, aunque fueron considerados por los cultores tradicionalistas del instrumento como una banda ajena a las raíces. Con su llegada al rock, la fusión, la improvisación y la música contemporánea, la obra electroacústica del ensamble chileno rompió ciertos esquemas clásicos de los dos frentes históricos del instrumento: el chanarago andino-tradicional y el charango urbano. Ese año el grupo autogestionó la grabación de Sideral, capturado en vivo en una actuación en La Barcaza. En 2007 se presentó en espacios de Cusco y en 2008 editó su siguiente disco, Charanku, formalizados ya como proyecto estable, con composiciones de Pedrotti (“Otoñal”, "Vuelo de pájaros”, “Sideral”, “Ascotán”, y la antigua “Cuatro jinetes”), de Horacio Durán (“Tonada triste”) y de Claudio Pájaro Araya (“Reencuentro”).

lunes, 5 de octubre de 2009

FREDDY TORREALBA

DISCOGRAFIA

2003 - Charango al Sur del Charango

BIOGRAFIA

Nació en Santiago en 1966, zurdo natural, sin embargo realiza algunas actividades con el lado derecho (tocar, comer, lanzar piedras). Con la izquierda (escribir, martillar, chutear y pensar).
Es hijo de Domingo Torrealba Moraga y de Irma Torres González, de Colchagua y Curicó respectivamente, quienes recorrieron Chile en un Teatro Móvil o Circo con Show, desempeñando todas las tareas artísticas, fabricar y vender el turrón, armar y levantar la carpa e interpretar el número artístico principal, un Dúo de tonadas, rancheras y canciones que en el campo se mantienen aún en la memoria popular.
A los 2 años de edad, Freddy se subía sobre una silla y cantaba. A los 9 años tomaba la guitarra e interpretaba melodías como El Huamaqueño, El Séptimo de Línea, etc. , en su repertorio también incluía Popotitos…..
Es el menor de 4 hermanos, en 1977 su hermano mayor (Ricardo Torrealba)lo integra un grupo de la Capilla de la Población Malaquías Concha llamado Pucará, ahí conoce el primer Charango, instrumento que llama su atención por su tamaño, cantidad de cuerdas y sonido.
Lo tomó en sus manos y los integrantes del grupo se abalanzaron sobre él para quitárselo ya que era un instrumento caro, escaso y delicado y además porque a los 10 años Freddy aparentaba 6 ó 7 años. No lo entregó que le enseñaron 4 acordes (Re7, Sol, Si7 y Mim).
No volvió a ver un Charango hasta que en 1979 pasó a formar parte del elenco de la Peña Kamarundi (lugar creado por el desaparecido actor Tilusa (Manuel Escobar, fallecido en 1993.
En 1981 Ricardo, su hermano compró un charango chiquito de Quirquincho que Freddy logró afinar después de un par de horas sin saber siquiera el nombre de sus cuerdas.
En ese mismo año entra a la Escuela Experimental Artística de La Reina donde se definió su amor por el folklore, de pronto se vio acompañando con la guitarra al charanguista del Colegio (Jorge Berrios). Al año siguiente, decidido a estudiar Charango, aprobó todos los niveles de Guitarra Folklórica que se exigían y el segundo semestre tuvo mi primera clase de charango con Licho (Mauricio Mena del Ortiga),
A fin de año su motivación y audacia lo sorprendieron mostrando en público sus habilidades como charanguista.
Sus sueños que siempre estuvieron relacionados con viajar, tocar, cantar, recorrer países y tocar todo lo que pudiera en el charango o la guitarra, dieron como resultado 20 años de charanguismo ininterrumpido.
ALGO DE SUS VIAJES Y OTRAS COSAS
En la Casa Kamarundi se forja como músico, intérprete virtuoso de la guitarra y el charango, viaja a Canadá (1984), en donde le regalan su primera guitarra. Luego a Argentina (1986) y E.E.U.U. (1987). Paralelo a esos viajes sigue estudiando en la Escuela Experimental, forma el dúo con Mauricio Urbina (Micho) y tocan intensamente entre los años 1985 y 1998.
En 1988 son invitados a grabar un programa para la Radio Beethoven concierto que se convierten el la producción “CHARANGAMENTE”.
En diciembre de 1990 se va al Norte junto a Mauricio Urbina y Daniel Muñoz. Están 1 mes en Antofagasta, 1 mes en Calama, 1 mes en Iquique y 1 mes en Arica, luego parten en camión a Bolivia (La Paz), 4 días de viaje para quedarse 4 meses.
Conocen a Ernesto Cavour y tocan en la Peña Naira con un bello resultado: Un concierto en el Teatro Leopoldo Sanjines, el Centro Cultural más importante de La Paz. Hubo 30 personas de público, un éxito comparado con las 14 o 15 que venían ver a otros grupos tiempo atrás.
En 1992, son invitados a conocer a Silvio Rodríguez, fue un encuentro muy especial que motivó que en Noviembre cuando vuelve Silvio a Chile, fueran invitados a realizar la gira con él. (Noviembre 1992). Sólo dos medios de comunicación hicieron atención a este hecho.
En 1994 conocen a Pancho Straub, con quien comienzan a grabar en forma absolutamente independiente el disco “Charango y Guitarra”. El disco se termina de grabar en 1997, pero por razones de distinta índole nunca pudo ser lanzado al mercado en forma oficial, hasta hoy cuando aparece bajo el alero de Alerce, La Otra Música.

CHARANGO: AUTORES CHILENOS


Intérpretes varios.
Warner Music Chile.
Santiago: Ministerio de Educación, Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura (FONDART), Año 2001.

El charango, "hermosa guitarrilla de cristal y terciopelo, cascada de armonías y ritmos juguetones", como lo definió poéticamente Rubén Nouzeilles, es un instrumento musical nacido producto del mestizaje. Con anterioridad a la conquista de nuestra "América Morena" no existían en el continente instrumentos de cuerda complejos. Se afirma que durante el período de la Colonia, a principios del siglo XVII en Potosí, en la actual Bolivia, nació este pequeño instrumento, fruto del ingenio popular, influenciado por la pequeña vihuela de mano de cinco cuerdas dobles. Posiblemente el charango en sus inicios fue construido de madera, al igual que la vihuela. Posteriormente se utilizaría como caja de resonancia el caparazón del quirquincho (armadillo). En la actualidad se usa indistintamente la madera o el quirquincho. Curiosamente, en Chile el charango empieza a conocerse recién en el siglo XX, exactamente en la década de los 60', entre otras razones, gracias al gran movimiento musical de la Nueva Canción Chilena, el Neofolclore y el uso individual del charango como instrumento acompañante, que hicieran algunos artistas de la talla de Violeta Parra y Raúl de Ramón. Los primeros charanguistas chilenos tocaban el instrumento por imitación, especialmente de la música boliviana. Con el paso de los años, entre fines de los 60' y principios de los años 70', aparecen notables cultores nacionales que, junto con interpretar, componen cada vez con mayor frecuencia y creatividad, forjando un camino que transita una vertiente de eximios charanguistas y creadores chilenos que, a lo largo de estas cuatro décadas, han conformado un inagotable repertorio chileno para charango solo o con acompañamiento.
Un destacado grupo de charanguistas chilenos presentó un proyecto al Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura (FONDART), para plasmar en un disco compacto llamado Charango, autores chilenos, una muestra muy representativa de la historia musical del charango en Chile, o como algunos llaman, del "charango chileno". El término "charango chileno" tiene su explicación lógica, tanto en la técnica de la ejecución del instrumento, como también en el estilo composicional, lo que queda claramente de manifiesto en este contundente fonograma. A lo largo de todos estos años y de manera muy fuerte en la última década, se ha creado entre los músicos chilenos una manera muy propia de pulsar, de digitar, de apagar, de rasguear las diez cuerdas de este cautivante y versátil instrumento. Y para ello la creatividad, la mayoría de las veces de los mismos virtuosos ejecutantes, manifiesta una gran imaginación, que funde las influencias de distintos estilos, enraizados por lo general en el folclore y en la música popular latinoamericana, pero con un sello propio y con auténtica originalidad.
Italo Pedrotti (Entrama), productor ejecutivo, y el equipo conformado por Horacio Durán (Inti-Illimani), Freddy Torrealba (Dúo Experimental), Pablo López y Ricardo Aguilera, eligieron 19 creaciones instrumentales para charango, entre piezas conocidas y otras inéditas, para incluirlas en el disco, con la entusiasta participación de 36 músicos chilenos, entre creadores e intérpretes de charango y otros instrumentos. En el primer surco del CD aparece Ojito de agua (1971) de Adrián Otárola, antigua y bellísima composición con ritmo de huayno, donde armónicamente se fusiona el charango y el ronroco2 en La menor, en las manos del dúo conformado por Horacio Durán e Italo Pedrotti. Le sigue Puelche (2000) de Freddy Torrealba, considerado por sus pares, como el más virtuoso de los charanguistas chilenos en la actualidad. En su extensa creación de más de cinco minutos, el músico hace gala de variados recursos del instrumento, con impecables punteos, brillantes trémolos, chasquidos, ataques diversos y múltiples repiques (trémolos cortos), que pretenden emular al sureño viento puelche.
Circular (1999) de Pablo López y Fabián Fuentealba, nos sumerge en una creación más bien íntima, alejada del contexto folclórico, donde el charango, acompañado sólo por una guitarra, nos envuelve en una interesante y sugerente línea melódica. Le sucede uno de los "clásicos" del repertorio charanguístico nacional: Rosita de Pica, interpretado por su propio autor, el legendario Héctor Soto, quien interpreta una versión bastante similar a la original, con excepción del final, donde disminuye la velocidad de los distintos tempi de la pieza. Claudio Araya (Huara, Congreso) sorprende al auditor con la peculiar introducción que inicia en su notable creación Reencuentro, donde utiliza trémolos disonantes del charango, sonidos de cuerdas sobre el clavijero, guitarras con cuerdas montadas, cascabeles y chajchas. Acto seguido, el mismo Araya se encarga de doblar melodías con su voz, para luego dar paso a interesantes dúos de charango con la guitarra, que permiten destacarse a centelleantes pasajes de melodías incluidas en los repiques.
Horacio Durán nos entrega una inventiva y brillante ejecución de la pieza Manzanitas (1972). Es una especie de bailecito, con una hermosa melodía que, por momentos, pareciera huir de sí misma, como agua que sale y vuelve a su cauce, produciendo un efecto muy bello y muy bien logrado. Diáfanos armónicos se funden dentro de virtuosos repiques, culminando en un final de mucha fuerza. Otra gran creación para charangos aparece en el track 7. Se trata de Otoñal (1997) de Italo Pedrotti, un interesantísimo diálogo de dos charangos y un ronroco (Pedrotti, Carlos Vera y Manuel Meriño), unidos a una guitarra y un bajo acústico. Junto a ellos, aparecen variados instrumentos de percusión, que aportan de manera casi incidental a la pieza. Música muy sugerente, que a través de melodías dobladas al unísono o por terceras, desarrolla una apasionante experiencia auditiva de gran impulso rítmico, que incorpora armónicos, repiques, trémolos y principalmente una ingeniosa acentuación heterométrica, que en varias instancias rompe acertadamente con la acentuación regular de la pieza.
Marcello Martínez ofrece Italicios (1998), que revela la influencia "piazzolística" en este talentoso creador y arreglador chileno. Está escrita para dos charangos (Horacio Durán y Matías Olivos), guitarra y bajo acústico, destacándose las variadas síncopas dentro de originales giros melódicos, tratados por momento como brillantes pasajes contrapuntísticos y con un gran despliegue de trémolos en los acompañamientos. Khespiña es otra creación de Héctor Soto. La pieza, dividida en dos partes, con introducción e interludio a cargo de una guitarra, es de corte romántico y melancólico, semejante a una zamba argentina, con el canto a cargo del charango, y con el acompañamiento en la guitarra. En el surco siguiente aparece Pedro Plaza con su composición Punitaqui, en una alegre creación apoyada en el ritmo del huayno altiplánico, mientras que el diálogo del charango y la guitarra permiten rememorar los más famosos dúos tradicionales de estos dos instrumentos.
Freddy Torrealba reaparece con Claudia (1999), pieza que estuvo nominada para los premios Altazor 2001. En una interpretación de largo aliento, Torrealba nos recrea a través de un solo introductorio de charango, al que se van incorporando otros instrumentos, en un tempo crecientemente más rápido con atractivos arpegios, melodías con armonía figurada, repiques y rasgueos cantados, que finalizan en un ritardando muy acertado. Otro creador e intérprete se incorpora a la música, Ricardo Aguilera, con Regreso. Una melodía en ritmo de huayno se repite varias veces con distintos recursos charanguísticos. Posteriormente el canto pasa a la zampoña, a la cual se le suma otra zampoña en contrapunto imitativo. Al final retoma el charango su participación protagónica.
El baile del quirquincho, de Daniel González, nos recuerda la música del Ecuador. El mismo autor "juguetea" con su charango en una alegre melodía, variada ligeramente en dos oportunidades, Seguida de una sección final "como término de fiesta", donde los repiques del instrumento solista son acompañados por palmas. A continuación Pablo López interpreta Dos veces septiembre (2000), de sonoridad más libre en cuanto a estilo y que sugiere imágenes de lugares o paisajes. Después de una exposición del tema a cargo del charango, aparecen la guitarra, el bajo, percusiones menores y la flauta traversa que, como contracanto, acompaña al charango hasta el final de la pieza. Horacio Durán, como creador e intérprete, reaparece con Tonada triste (1997), un solo de charango en Mi menor. Si bien la atmósfera se asemeja a la pieza anterior de López, aquí efectivamente el título de la pieza refleja el ritmo de tonada lenta, el cual se percibe claramente durante el transcurso, con una melodía que se repite con algunas variaciones y efectos de rubato, que recuerda a la guitarra campesina chilena. Luego, y a manera de sección conclusiva, aparece una larga sección contrastante dividida en dos partes.
La creación más vanguardista del presente fonograma es Réquiem para Danilo y su ángel (grabación realizada en Estados Unidos, con la participación del sonidista Brian Knave). En ella, su propio autor, Quique Cruz, con un ronroco en Do menor, ofrece prácticamente una pieza de "música contemporánea para charango". De estructura absolutamente abierta, la obra posee diferentes secciones que se mueven por lo general dentro de un lenguaje tonal, pero con muchos adornos y disonancias, en que se destacan timbres y matices contrastantes. Los recursos del instrumento parecen infinitos, en una amplia fusión sonora que deja entrever algo de jazz, música afroamericana, de Brasil y de Bolivia, entre otras. Vuelo de parinas, de César Palacios, es otra hermosa y antigua pieza incluida en esta selección. Interpretada en dos charangos por Jorge Gajardo (Bafona), esta creación, luego de una doble introducción de trémolos y posteriormente de armónicos, deleita con una interesante línea melódica, cuyo incesante ritmo de figuras iguales, dibuja un tema que va desde el registro bajo hasta el agudo del instrumento, con mucha gracia y soltura. El dúo de charango aparece y desaparece en vertiginoso viaje, con un aporte de la guitarra acompañante y diversas percusiones. La composición se extingue paulatinamente con un decrescendo, cual vuelo de parinas alejándose.
Carlos Cabezas (Los Jaivas), interpreta su creación La cueca del santo (2001). Tomando como referencia un estilizado ritmo de cueca, la pieza, escrita para charango con acompañamiento de guitarra y bajo, se destaca por una ingeniosa sonoridad en cuanto a la armonía, que sirve de base a diferentes pasajes melódicos hechos por el charango, que cuya armonía figurada y secciones de repiques cantados, conforma una estructura abierta que desemboca en un sorpresivo final. Como cierre de este disco compacto se escucha otra famosa pieza del repertorio chileno para charango: Ventolera (1976), de Eduardo Carrasco y Hugo Lagos (Quilapayún). Para esta excelente versión se unen varios de los charanguistas que participan en el proyecto: Gajardo, Pedrotti, Torrealba, Durán y López. Los tres primeros, cada uno como solista en su particular estilo, más los dos últimos con charango y ronroco, nos entregan una especie de síntesis de los recursos más característicos del instrumento, como son la melodía punteada en sus distintos registros, los trémolos, los repiques, acentos, chasquidos y rasgueos acompañantes, por nombrar solamente algunos. Los diálogos, unísonos y cortes, entre matices y tempi diferentes, se amalgaman de manera fluida y virtuosa.
La grabación del fonograma se realizó en el Estudio Son-Art de Santiago y estuvo a cargo de los ingenieros de sonido Pascal Warnier e Italo Pedrotti. El diseño gráfico e ilustraciones del folleto fueron realizados por Carolina Durán y la fotografía correspondió a Yael Senerman. Para la adquisición de este disco se puede visitar el sitio Web: www.inti-illimani.cl. Es importante destacar también el aporte de los destacados luthiers chilenos constructores de charangos, Yelkon Montero y Gabriel Aguilera quienes, junto a los prestigiosos constructores bolivianos Sabino Orozco, Gamboa, Kanata, Chasqui y Achá, contribuyen desde hace mucho tiempo con la fabricación de excelentes instrumentos musicales, como los usados para esta grabación.
En resumen, un excelente trabajo que marca un hito fundamental en lo que se refiere principalmente al rescate y defensa de nuestra identidad musical, a través de este repertorio chileno, nunca antes ordenado ni presentado como ahora en un registro fonográfico. La acertada selección, de notables creadores y brillantes intérpretes, se asocia a recursos sonoros, melódicos y timbrísticos de la más variada índole. Estos artistas chilenos, aunados por el mismo espíritu, han plasmado tradición y originalidad en una seria labor. Esta producción sin precedentes según afirman sus propios actores, se realizó con la convocatoria de músicos que cultivaran experiencias y estilos diversos, y su único propósito fue dar a conocer un trabajo que, a través de muchos años, se ha desarrollado espontáneo y sin concesiones, en una faena colectiva donde se encierra y queda de manifiesto la pasión y el amor por nuestra música chilena y latinoamericana a través del mágico sonido del charango.

PEDRO PLAZA

DISCOGRAFIA

2003 - Con Alma de Charango

BIOGRAFIA

Nacido y criado en una zona minera, Pedro Plaza, siempre estuvo rodeado de leyendas y mágicas situaciones. Primero Illapel, luego Copiapó y actualmente San Felipe, han sido las ciudades donde el destacado charanguista ha podido develar algunos de los muchos sueños de cateadores y pirquineros a lo largo de 24 años de estudio silencioso y, otras veces, bastante más bullicioso.
De toda esta historia y este trabajo nace Canto De Un Chile Minero, un disco que recopila poemas, historias y canciones de mineros, que han sacrificado su vida en pos de lo que hoy somos: un país lleno de recursos minerales. “Siempre estuve relacionado con gente de la minería, pero fue en 1977 cuando comencé a estudiar Ingeniería en Minas en Copiapó, que descubrí un mundo que para muchos es desconocido, porque vivimos de los ingresos de la minería pero poco sabemos de los que trabajaron como pirquineros, o buscando nuevas vetas, como los cateadores”.
Pedro Plaza dejó de lado sus estudios de ingeniero y comenzó a dedicarse de lleno a la música. “Digamos que la música me hizo dejar la Ingeniería”, dice. “Una vez que empecé a tocar ya no quise dejar más la música”. Un trabajo que se ha tomado en serio y que lo ha convertido en un referente obligado de nuestro folclore. Plaza ha obtenido importantes reconocimientos en distintos certámenes folclóricos chilenos, entre ellos, el Festival del Huaso de Olmué, Chilenazo y por supuesto, el Festival de Viña del Mar, donde obtuvo Gaviota de Plata en los años 1987, 1990 y 1993. Además, es autor de una excelente colección de álbumes donde su interpretación del charango toma un papel fundamental: El Canto Del Norte Chico (1983), Charango Y Canto (1988), Con Alma De Charango (2003) e Illapel, Mi Raíz, Mis Sueños (2005), son algunos de sus importantes creaciones.
Pero es en Canto De Un Chile Minero donde Plaza ha “quemado sus pestañas” buscando historias en las que se cuenta lo alegre pero también lo triste de estos hombres “de gallardía sin cuestionamientos, de personajes anónimos que compartieron sus sueños tal como compartían el pucho y la choca (un té tomado en tarro, calentado directo al fuego)”, cuenta.
Pedro recuerda que todo partió como un pequeño proyecto, una especie de tributo para los mineros de Atacama, pero luego diversos amigos músicos se fueron interesando en el proyecto y terminaron tocando junto a Plaza y extendiendo los homenajes a todos los mineros del pasado. Así, con Tito Fernández toca a dúo en “Los Mineros Del Carbón” y Jorge Yánez encanta en “Contra Punto Del Minero Y El Campesino”, uno de los temas emblemáticos del álbum junto al primer single llamado “Dicen Que Los Mineros”.
En varios temas de Canto De Un Chile Minero el músico consagra la “relación mágica que se creó cuando los campesinos del sur llegaron a trabajar a los pirquenes del Norte Chico. Ellos llegaron no sólo con la fuerza de trabajo, también trajeron tradiciones y por supuesto, mucha música”. En “Dicen Que Los mineros”, Pedro nos lleva a una pícara quinta de recreo, que suena a cumbia, a ranchera y a música del norte, “una mezcla perfecta del verde del sur y el café árido del norte, un escenario muy privilegiado, que ha permanecido escondido para muchos”.
Actualmente, gracias a Canto De Un Chile Minero, disco que incluye un texto de introducción escrito por Margot Loyola, conocemos parte de este mundo, parte de una cultura que parece de pasado pero que siempre ha estado en el presente y estará en el futuro de todos los chilenos y que hoy se nos muestra a través del talento y el sonido de Pedro Plaza.



Definido como un instrumento sin fronteras, el charango toma aquí forma de leyenda, y en las manos de Pedro Plaza se transforma en el single, “Charanguito enamorado”. Inspirado en una historia propia que lo lleva imaginar el relato de amor de un quirquincho, quién para llamar la atención de su deseada doncella, sale de su tímida e introspectiva caparazón y sacrificando su propia vida, se convierte eternamente en un charanguito enamorado.
Su ejecutor, Pedro Plaza, se encontró con el charango en el año 1970, en un curso que se impartió, en la Universidad Técnica del Estado en la ciudad de Copiapó, cuando en ese entonces, estudiaba Ingeniería en Minas. “Me casé altiro con el charango” señala Plaza, ya que desde ese momento nunca más dejó de tocarlo.
Pionero del instrumento en su región, comenzó a componer temas originales para charango, llenando una necesidad en nuestro país, escaso en temas propios. Ha creado temas para danza que actualmente forman parte del repertorio del BAFONA (Ballet Folclórico Nacional) y ha sido ganador de varios festivales, entre otros el de Viña del Mar, folclor, versión 1990. Su disco, “Con Alma de Charango” es una pieza instrumental con el charango como protagonista y telón de fondo. Pedro Plaza intenta con este disco, crear un charango para Chile, con sello y sonido característico.

GRUPO CONGRESO

DISCOGRAFIA:

BIOGRAFIA

Aunque el trabajo de Congreso raras veces ha encontrado el eco masivo, su perseverancia y la solidez de su sonido le han permitido sobrevivir durante más de tres décadas, enfrentando la falta de espacios tras la llegada de los militares, la permanente deserción de integrantes y la escasa difusión para su compleja fórmula musical.Con una serie de recesos en su historia, Congreso ha escrito su nombre en la historia de la música popular chilena, con una fundamental fusión que, pese a todo, se mantiene vigente y saludable, gozando de un enorme respeto en la comunidad musical. Por su formación han pasado varios de los más destacados instrumentistas del país.El rock folclórico: vuelta y vueltaLas raíces de Congreso están en 1964, año en el que comenzaron a trabajar sobre el núcleo de los tres hermanos González, de Quilpué: Patricio, Sergio y Fernando; junto al bajista Fernando Hurtado. Ellos formaron un grupo de rock escolar que se llamó Los Stereos; luego Los Shadows y, finalmente, Los Masters. Durante ese período se dedicaron a hacer covers instrumentales para canciones de rock en inglés. En forma paralela a Los Jaivas, comenzaron hacia 1969 a experimentar con instrumentos autóctonos de origen étnico. Con la incorporación de Francisco Sazo, proveniente de la banda beat Los Sicodélicos, el nuevo conjunto completó su formación. Desde entonces se llaman Congreso.En 1971 editaron El congreso, su primer álbum, que incluyó un tema basado en el poema de Neruda “Maestranzas de la noche”, según una fórmula que los llevó a presentarse en el Festival de la Nueva Canción Chilena ese mismo año (en el Teatro Municipal de Santiago). Los hermanos González resolvieron entonces ingresar a estudiar en el Instituto de Música de la Universidad Católica, lo cual entrampó su trabajo grupal, aunque sin interrumpir sus presentaciones en vivo.El golpe militar de 1973 truncó el proceso de grabación de su segundo disco, Terra incógnita, lanzado recién dos años más tarde y con una difusión escasa, dado el cierre de espacios culturales. La banda no bajó sus brazos, y se convirtió en una de las pocas agrupaciones que continuó trabajando en Chile durante los primeros años de la dictadura. Música de fusión y letras casi crípticas fueron sus códigos para sobrevivir a la rigurosa vigilancia estatal: "Cuatro jinetes negros / pasan volando / Van levantando noche / niebla y espanto", dicen en la "Cueca del apocalipsis" (fragmento del tema "Arcoiris de hollín"), incluido en el álbum Congreso (1977, también conocido además como "el disco café") y en una clara alusión a la Junta Militar. Dos años después grabaron La misa de los Andes, que no alcanzó gran difusión y antecedió el primer desperdigamiento del grupo, cuando tres integrantes, entre ellos el vocalista y letrista Francisco Sazo, se mudaron al extranjero.Primera rearticulación: un joven llamado JoeLos tres hermanos González tardaron más de un año en rearmar el grupo. Trabajando como músicos de apoyo de orquestas televisivas y sidemen del pianista argentino Raúl di Blasio, conocieron al joven brasilero-chileno Joe Vasconcellos, cuyos intereses latinoamericanistas y su formación musical pensaron que le darían un nuevo aire al proyecto. Junto a él completaron la nueva formación de Congreso. A la banda ya se había intregrado hacía poco el bajista Ernesto Holman, quien no sólo era un viejo conocido de Tilo González de sus épocas universitarias en el puerto, sino que además se habría de convertir en uno de los hombres más representativos del nuevo sonido de fusión del grupo. Vasconcellos asumió entonces como letrista, y con ese esquema Congreso publicó Viaje por la cresta del mundo (1981), uno de sus más sólidos trabajos, y que además alcanzó reconocimiento público, gracias a la inclusión del clásico "Hijo del sol luminoso".Moviéndose entre los escenarios del Canto Nuevo, espacios rockeros que se abrían en esos años y circuitos universitarios, Congreso consolidó en ese nuevo contexto su nombre como una banda fundamental de la escena chilena. Con su disco, Ha llegado carta (1983) deambularon por muchos escenarios, y fueron contratados por CBS-Argentina para registrar una nueva producción.La fusión latinoamericana: arqueología musicalLa salida de Vasconcellos llevó al grupo a centrar su repertorio en temas instrumentales, con los que dieron vida a Pájaros de arcilla (1984). Fue un disco que apenas circuló a este lado de la cordillera, y que los alejó del público local, generando una nueva crisis que se zanjó poco después con la reincorporación de Sazo (para entonces, doctor en Filosofía, luego de años de estudio en Bélgica) y la publicación de otro disco que se convirtió en un referente obligatorio del nuevo Congreso: Estoy que me muero (1986). Además, el baterista Sergio Tilo González, líder de la banda, había reclutado a dos jóvenes músicos de Fulano (el tecladista Jaime Vivanco y el bajista eléctrico Jorge Campos), dándole un tercer impulso a la banda. Con formación renovada, Congreso recorrió Chile durante 1987. Fruto de esa gira salió el cassette doble Congreso en vivo, que se distinguió por su acento en ritmos bailables, canciones luminosas y una colorida puesta en escena, con los que la banda cosechó toda la fama desparramada en veinte años de historia. El tema "Calypso intenso, casi azul" fue el emblema de la nueva etapa, cuyo desarrollo y popularidad coincidió con el plebiscito de 1988 que definió la salida de Augusto Pinochet de La Moneda, y el retorno de la democracia a Chile.En ese camino editaron Para los arqueólogos del futuro (1989), uno de los discos de más ágil ritmo en su historia, y en el que cantaron sobre libertad racial, ironizaron, jugaron, y desplegaron todos sus recursos instrumentales. Según Sazo, el álbum "apunta a la capacidad de olvido de los latinoamericanos. El olvido para con los muertos, especialmente con los del último tiempo". Temas como "Para la libertad" o "El trapecista" alcanzaron alta rotación radial, y el disco fue el primero del grupo en alcanzar la categoría "de oro" (por 15 mil copias vendidas). Congreso conservó la fórmula en el disco siguiente, Aire puro (1990); pero el eco masivo fue, esa vez, más moderado.Dos discos conceptuales, de escasa comprensión masiva pero alto desarrollo musical fueron sus siguientes trabajos, ambos editados en 1992. Pichanga era una obra desarrollada sobre la base de poemas de Nicanor Parra acerca de los derechos del niño, y Los fuegos del hielo se compuso para un ballet moderno. Cada uno de estos trabajos resultó complejo para el gran público, ratificando la escasa vocación comercial de Congreso. Si bien el grupo se alejó de rankings y listas de ventas, mantuvo cerca a un público de alta fidelidad.La world music: Congreso de viajeDedicados a sus oficios musicales por separado, los integrantes de la banda bajaron durante un tiempo la intensidad de su creación conjunta hasta 1994, cuando, a través de Congreso 25 años de música (un álbum en vivo, con invitados como Inti-Illimani, el argentino León Gieco y ex integrantes del grupo), repasaron su historia.Fue entonces que el grupo inició por fin su proyección internacional, contemplando sobre todo el circuito universitario norteamericano y escenarios de la llamada "música del mundo". Allí se ganó Congreso un nuevo espacio, que siguió explorando durante muchos años. En esa línea registraron nuevos originales de 1997: Por amor al viento y Mediodía. El primero fue editado en forma independiente, debido a la mala relación que para entonces la banda había desarrollado con las casas discográficas, y en un ejercicio que sin embargo tampoco trajo gran impacto masivo. Mediodía, en tanto, incluyó tomas en vivo para algunas de sus más fuertes canciones. Cada uno de los "congresistas" tiene labores musicales por separado, lo cual demoró la grabación del disco La loca sin zapatos (2001), cuya difusión se vio interrumpida por la muerte del tecladista Jaime Vivanco, en enero de 2003. El grupo siguió su camino, y dos años después editó otro disco en vivo (Congreso de exportación), con el registro de su presentación a tablero vuelto en el capitalino Teatro Oriente. La convocatoria demostró que la banda, pese a la lejanía de los medios masivos, cuenta con un significativo y leal séquito de público. En febrero de 2005 llegaron al Festival de Viña del Mar, sin hacer concesiones, y en una muestra de la perseverancia y vigencia de su fórmula. Hoy se mantienen activos, y aunque el vocalista Francisco Sazo ha sugerido públicamente la posibilidad de un fin próximo, el conjunto de Quilpué parece dispuesto a seguir en el camino que ya ha superado los 40 años de vida.

JOSE MIGUEL MARQUEZ

DISCOGRAFIA

BIOGRAFIA

Catorce años de vida, trabajo y estudio musical en Berlín, Alemania, determinan la trayectoria de José Miguel Márquez sumados a su historia como parte del núcleo familiar que dio origen al longevo conjunto de música andina y fusión latinoamericana Illapu, dirigido por su hermano Roberto Márquez. Además de su trabajo en el grupo, José Miguel Márquez ha grabado por cuenta personal los discos Sonidos (2005) y Puentes (2007), en los que ha volcado una fusión propia entre la tradición musical americana y las influencias cosmopolitas propias de su continuo recorrido entre Alemania, Chile y otras latitudes.

FRANCESCA ANCAROLA


DISCOGRAFIA:
BIOGRAFIA:

Si bien Francesca Ancarola comenzó su carrera en los años '80 —con un premio como intérprete en un festival organizado por la revista La Bicicleta y el Café del Cerro, dos ejes del Canto Nuevo—, su nombre es parte de la generación que renovó ese estilo a fines de la década siguiente, reconocible bajo el concepto de Novísima Canción Chilena. Las coordenadas que agrupan a esta generación son básicamente tres: raíz folclórica, letras con apego a la cuestión social, y músicas que, desde la academia universitaria, inician una transformación de lo tradicional a lo contemporáneo.Francesca Ancarola representa a cabalidad esta búsqueda estilítica, considerando su extensa formación no sólo como Licenciada en Música de la Universidad de Chile, sino tambiénn como alumna de numerosas escuelas tanto chilenas como extranjeras (obtuvo en 1991 un premio en Francia por su obra electroacústica "A", que luego apareció antologada en el disco restropectivo de 2006 llamado 50 años de música electroacústica en Chile (1956-2006)). Después de licenciarse con honores en Música, siguió estudiando composición con Cirilo Vila; y, más tarde, canto lírico en la Universidad Católica. La chilena se perfeccionó en la Manhattan School of Music, gracias a una beca Fulbrigth en 1997. En ese año Ancarola viajó a Chile para grabar su primer disco como solista de música popular, compuesto por ella en conjunto con los guitarristas Juan Antonio Sánchez y Antonio Restucci. El álbum se llamó Que el canto tiene sentido en tributo al "Manifiesto" de Víctor Jara, uno de sus inspiradores. Este trabajo, que fue editado recién en 1999, marcaría también el comienzo de una carrera más vinculada al mundo popular. Francesca Ancarola aprovechó con su debut un ambiente mucho más favorable hacia la música local que despuntaba en esos días en el país. El camino hacia su segundo disco como cantautora, en consecuencia, fue más expedito, a pesar de que la buena crítica no estuvo acompañada por ventas importantes. Su siguiente trabajo, Pasaje de ida y vuelta (2000), le permitió recorrer los escenarios santiaguinos para dar a conocer su música, mientras mantenía en paralelo sus vínculos con el canto lírico y terminaba sus estudios en Nueva York. El nombre de esta compositora fue creciendo en importancia local y llegó a sonar en algunas radios. Pero su estilo, como el de sus contemporáneos Laura Fuentes, Magdalena Matthey, Alexis Venegas, entre otros, se ha encontrado casi siempre con la falta de interés de las radios. Así, esta suerte de movimiento se ha mantenido circunscrito a un círculo pequeño de fieles que ha tenido que recurrir a los conciertos en vivo como punto de encuentro y desarrollo.Jardines humanos (2003) el tercer disco de Francesca Ancarola, siguió su curso promocional en ambientes locales y extranjeros. El trabajo de la compositora y cantante le permitió ganar el respeto y respaldo suficiente como para mantener su carrera vigente en festivales y encuentros de música popular en Chile y otros países. De hecho, su siguiente álbum, Sons of the same sun (2004), fue editado por el sello californiano Petroglyph Records.Tras preparar una colección temática de canciones a pedido (de las cuales editó la serie de boleros Contigo aprendí, 2004), Ancarola siguió con un trabajo de estudio sobre la música de Víctor Jara en su etapa londinense que llegó al disco con el nombre de Lonquén (2006), a partir de una composición de Ancarola titulada "Lonquén". Ahí, la cantante y autora reemplazó en sus bandas a los músicos de fusión por un trío de respaldo proveniente del jazz y encabezado por el guitarrista Federico Dannemann. En colaboración con este músico y el Ensamble Quintessence, en 2007 encabezó un concierto de cámara en el Teatro Matucana 100 dedicado a los 90 años del natalicio de Violeta Parra. En 2008 volvió a trabajar con el pianista argentino de jazz latinoamericano Carlos Aguirre (un antiguo colaborador en la primera serie de sus trabajos personales) y editó en dueto de voz y piano el disco de canciones infantiles Arrullos.